LAS ARTES APLICADAS
EN MÉXICO


Estas salas son la columna vertebral del museo; introducen al visitante en el tema de las artes aplicadas, por medio de la exhibición de objetos producidos en México y en otros muchos lugares del mundo, que por distintas circunstancias llegaron al país y se arraigaron.

El recorrido comienza en el siglo XVI; pueden apreciarse objetos y muebles importados por los españoles después de la conquista. El bargueño, especie de cómoda típica del renacimiento español, el arcón, el sillón frailero y las tapicerías conformaban el mobiliario de la época, caracterizada por una marcada austeridad.

Los artífices mexicanos no tardaron en demostrar su destreza en muchos de los oficios que trajeron los españoles. Su excelencia puede verse, por ejemplo, en los trabajos de platería de este mismo siglo.

En el siglo XVII ya se nota mayor abundancia de piezas producidas en México con una amplia gama de técnicas y materiales. En esa época floreció en el mundo el estilo barroco, caracterizado por la profusión de elementos; la creatividad mexicana no se hizo esperar: los muebles se enriquecieron con tallas, lacas e incrustaciones; la platería se repujó y cinceló hasta su saturación, en la cerámica se introdujeron nuevos decorados y en la pintura y la escultura se recurrió a los retablos en oro magníficamente ornamentados.

La vida civil alcanzó un grado inesperado de refinamiento y se incrementó el gusto por la decoración. De Francia nos llegó el estilo rococó, ondulante y caprichoso; de Inglaterra los diseños de ebanistas que , aunque barrocos, no olvidaban la sobriedad; de Oriente, marfiles, biombos, porcelanas, sedas y lacas. Todo esto se fundió con la producción novohispana.

Durante el último tercio del siglo XVIII, cuando el barroco había alcanzado su máximo grado de abigarramiento, surgió como reacción al exceso un estilo inspirado en las formas clásicas grecorromanas: el neoclásico. Esta corriente se puede apreciar en las artes aplicadas, ya que el diseño de los muebles se adaptó a la arquitectura tomando de ésta elementos como columnas, frisos y frontones. El resultado de dicha influencia se observó en la marquetería, en la que se aplicaron formas clásicas. Por último, cabe comentar que el movimiento de Independencia dejó su huella en la producción artística: muchos de los objetos producidos en esta época llevan una evidente carga de nacionalismo.


AnteriorAvanzarPágina principalEnglish


©Todos los derechos reservados, se prohibe la reproducción salvo permiso por escrito del autor.
©All rigths reserved, material duplication is prohibited without written authorization by its author.