A pesar de que el museo esta
dedicado a las artes aplicadas en nuestro país, la
colección que heredara Franz Mayer al pueblo de
México incluye una sección de arte
integrada por pintura europea y mexicana.
La sección de cuadros europeos, que es la más numerosa, ha sido agrupada de acuerdo con su procedencia y en orden cronológico. La pintura española incluye obras del siglo XIV hasta principios del XX. Entre los autores mas importantes mencionaremos a José de Ribera, el Españoleto, Francisco de Zurbaran e Ignacio Zuloaga. |
En el conjunto italiano se destaca El Anticuario, de Lorenzo Lotto y el Retrato de Leonor de Toledo, de Alessandro Allori, el Bronzino.
Otra sección esta integrada por obras neerlandesas y alemanas; las primeras, procedentes del norte de Bélgica y del sur de Holanda, fueron realizadas entre los siglos XV y XVI. Sobresalen un paisaje del imitador de Jacob Grimmer y un San Cristóbal del siglo XVI, pintado en tabla por el artista conocido como el Maestro de las hojas bordadas.
La pintura neerlandesa se caracteriza por su preciosismo: bellos fondos y paisajes como complemento decorativo de escenas religiosas. La muestra de pintura alemana incluye obras de tipo religioso en las que se pueden apreciar aspectos del arte gótico manejados con gran solemnidad, como una Natividad de Bartholomeus Bruyn el viejo, pintada en el siglo XVI. Rematan la pinacoteca europea obras flamencas y holandesas con bellos ejemplos de escenas costumbristas: cacearais, banquetes y momentos de la vida cotidiana. Además, hay retratos de carácter religioso en los que es evidente el gusto por la naturaleza; llama la atención un cuadro atribuido al holandés Frans Mieris por lo delicado de su factura; fue realizada en la segunda mitad del siglo XVII.
El arte pictórico mexicano esta representado por varias obras virreinales, pinturas de motivos religiosos magistralmente plasmadas por autores tan importantes como Juan Correa, Miguel Cabrera y Juan y Nicolás Rodríguez Juárez entre otros.
La pintura mexicana de los siglos
XVI al XVIII fue casi totalmente religiosa y
cumplió una importante tarea didáctica. La
gran producción plástica de esta
época obedece al papel preponderante que
tenía la religión en la vida diaria de
nuestros antepasados. La reconstrucción de un
ambiente de sacristía del siglo XVIII muestra
diversos elementos decorativos que, junto con las
pinturas, vistieron este tipo de espacios
arquitectónicos.
El museo cuenta también con importantes ejemplos de obra civil: retratos de personajes del siglo XVIII elegantemente ataviados a la usanza de la época. Para finalizar, los siglos XIX y XX están representados por un paisaje de José María Velasco y por El paseo de los melancólicos, un cuadro temprano de Diego Rivera. |
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